Los obispos la siguen metiendo (la pata, se entiende).
Vaya jaleo se ha montado.
Hacía ya bastante tiempo que no se hablaba tanto de la Iglesia Católica -¿habrán sido sus estudios de marqueting los que les han aconsejado hacer ruido?-. Pero es que no sólo dicen Diego donde dijeron digo, sino que además de digo y Diego también dicen ciego. Y luego, y pliego. Dicen muchas cosas, y es altamente improbable que se puedan contradecir tanto sin querer. Más bien parece que usan la estrategia del troll de internet.
Veamos. Pongamos las cosas claras, que parece que no se saben muy bien. Ahora hay quien dice que el obispo no dijo lo que dijo, sino que dijo otra cosa. Que se le ha malinterpretado, vamos. Y yo digo que no. Yo personalmente, con estos ojitos que tengo y que diria que dios me ha dado si no fuera ateo, escuche sus declaraciones mientras salían de su garganta -porque los obispos también tienen garganta, ¿no?- en televisión. Pueden intentar hacer creer que no dijo lo que dijo, pero lo dijo.
Dejemos ya de hablar como Rajoy, o yo también me quedaré sin puesto pero compuesto.
Las declaraciones del martes del obispo Juan Antonio Martínez Camino eran claras: se estaba refiriendo el casto por elección al programa ABC, es decir, Abstinence, Be faithfull and Condom -en castellano es abstinencia, ser fiel y condón- diciendo que estas posiciones están también avaladas por propuestas científicas.
Primera metida de pata: el mismo (mon)señor Juan Antonio Martínez Camino declaró, en noviembre del año pasado, que Esa afirmación es falsa, "el sexo con preservativo no es seguro, es menos inseguro", y desde el punto de vista de la moral, promover la promiscuidad no es promover la convivencia justa en las bases sobre las que se asienta la sociedad. Entonces, ¿está avalado científicamente el uso del preservativo o no? Este señor dice lo que le apetece en el momento que se le ocurre.
Porque vamos a ver: si es falso que el uso de preservativo haga menos inseguro, es decir más seguro, el relacionarse sexualmente, entonces por lógica básica -que supongo que se enseñará en los seminarios, y si no debería- el uso del preservativo hace más inseguras las relaciones sexuales. Sí, eso creía que había dicho.
Pero no sólo eso. Después de decir que el preservativo tiene su lugar en el método ABC, avalado por estudios científicos, de lucha contra el SIDA, reculan -repito: reculan- y dicen que no, que es inmoral. Ya no les importa que sea o no seguro, sólo les importa que sea o no moral.
Como dijo el también voluntariamente casto Javier Lozano Barragán, cardenal mexicano, No me interesa discutir en este momento un problema moral. Toda persona tiene derecho a tener su propia posición. Mientras discutimos si autorizar o no los preservativos miles de personas mueren. Por si alguien lo dudaba, el (mon)señor Barragán reculó también, añadiendo que la Iglesia recomienda la castidad.
Y otro más, el señor Eric de Beukelaer, portavoz de los obispos belgas, declaró que aquellos que tienen una vida sexual animada deben asumir sus responsabilidades y tomar las medidas necesarias para que el sida no siga propagándose. Esto es lo que yo llamo un católico medio normal. Un católico que admite que su Iglesia dice X, pero que si alguien no es de su Iglesia o siéndolo quiere hacerlo, debe tomar precauciones si no va a ser casto.Por cierto, habría que preguntarse qué entiende este hombre por una vida sexual animada. Es que parece que lso obispos se creen que por que exista el preservativo la gente se pasa el día fornicando. Fíjense: yo no tengo problema alguno en usarlo y sin embargo hace bastante tiempo que no mojo.
Porque el problema no es si los católicos usan o no el preservativo. El problema es que la Iglesia se niega a que se reparta en lugares donde es muy necesario dada la alta tasa de contagios de Sida, y donde además los habitantes no son católicos en su mayoría.
Pero cuando creíamos que con el digo, el Diego y todo ya teníamos la mesa puesta, y que todo se calmaría y que la Iglesia volvería al siglo XV quemando galileos, el propio señor Juan Antonio Martínez Camino -sí, sí, el que la lió el solito al principio- ha dicho ahora otra cosa: avalada por numerosos científicos, se plantea como principal frente a la enfermedad la abstención de relaciones sexuales de riesgo, además de la fidelidad y sólo como último recurso y para determinados grupos de riesgo se plantea el uso del preservativo.
Me he vuelto a perder. ¿entonces cuando uno no se puede contener las ganas puede usar preservativos?
¿Se incluye en estos casos el imperativo que hace que se despierten instintos pederastas en algunos sacerdotes? Ojo, digo algunos. No vale generalizar.
Lo dicho. Que ni saben lo que dicen, ni dicen lo que quieren, ni quieren lo que el sentido común dicta.
Y para rematar, este prelado, que no pre-helado, dice que todo es culpa de la prensa. Declara que hay un sector de ésta que pretende hacer ver que el Vaticano está en contra de los obispos, los obispos en contra de los sacerdotes, y éstos en contra de los seglares. Señores purpurados -y no me refiero a la brillantina que usan algunos gays en el desfile del día de su orgullo-, eso no es lo que la prensa se empeña en mostrar, sino lo que ustedes demuestran cada día con sus declaraciones, que más que eso son "deconfusiones".
A ver qué dicen mañana.
Hacía ya bastante tiempo que no se hablaba tanto de la Iglesia Católica -¿habrán sido sus estudios de marqueting los que les han aconsejado hacer ruido?-. Pero es que no sólo dicen Diego donde dijeron digo, sino que además de digo y Diego también dicen ciego. Y luego, y pliego. Dicen muchas cosas, y es altamente improbable que se puedan contradecir tanto sin querer. Más bien parece que usan la estrategia del troll de internet.
Veamos. Pongamos las cosas claras, que parece que no se saben muy bien. Ahora hay quien dice que el obispo no dijo lo que dijo, sino que dijo otra cosa. Que se le ha malinterpretado, vamos. Y yo digo que no. Yo personalmente, con estos ojitos que tengo y que diria que dios me ha dado si no fuera ateo, escuche sus declaraciones mientras salían de su garganta -porque los obispos también tienen garganta, ¿no?- en televisión. Pueden intentar hacer creer que no dijo lo que dijo, pero lo dijo.
Dejemos ya de hablar como Rajoy, o yo también me quedaré sin puesto pero compuesto.
Las declaraciones del martes del obispo Juan Antonio Martínez Camino eran claras: se estaba refiriendo el casto por elección al programa ABC, es decir, Abstinence, Be faithfull and Condom -en castellano es abstinencia, ser fiel y condón- diciendo que estas posiciones están también avaladas por propuestas científicas.
Primera metida de pata: el mismo (mon)señor Juan Antonio Martínez Camino declaró, en noviembre del año pasado, que Esa afirmación es falsa, "el sexo con preservativo no es seguro, es menos inseguro", y desde el punto de vista de la moral, promover la promiscuidad no es promover la convivencia justa en las bases sobre las que se asienta la sociedad. Entonces, ¿está avalado científicamente el uso del preservativo o no? Este señor dice lo que le apetece en el momento que se le ocurre.
Porque vamos a ver: si es falso que el uso de preservativo haga menos inseguro, es decir más seguro, el relacionarse sexualmente, entonces por lógica básica -que supongo que se enseñará en los seminarios, y si no debería- el uso del preservativo hace más inseguras las relaciones sexuales. Sí, eso creía que había dicho.
Pero no sólo eso. Después de decir que el preservativo tiene su lugar en el método ABC, avalado por estudios científicos, de lucha contra el SIDA, reculan -repito: reculan- y dicen que no, que es inmoral. Ya no les importa que sea o no seguro, sólo les importa que sea o no moral.
Como dijo el también voluntariamente casto Javier Lozano Barragán, cardenal mexicano, No me interesa discutir en este momento un problema moral. Toda persona tiene derecho a tener su propia posición. Mientras discutimos si autorizar o no los preservativos miles de personas mueren. Por si alguien lo dudaba, el (mon)señor Barragán reculó también, añadiendo que la Iglesia recomienda la castidad.
Y otro más, el señor Eric de Beukelaer, portavoz de los obispos belgas, declaró que aquellos que tienen una vida sexual animada deben asumir sus responsabilidades y tomar las medidas necesarias para que el sida no siga propagándose. Esto es lo que yo llamo un católico medio normal. Un católico que admite que su Iglesia dice X, pero que si alguien no es de su Iglesia o siéndolo quiere hacerlo, debe tomar precauciones si no va a ser casto.Por cierto, habría que preguntarse qué entiende este hombre por una vida sexual animada. Es que parece que lso obispos se creen que por que exista el preservativo la gente se pasa el día fornicando. Fíjense: yo no tengo problema alguno en usarlo y sin embargo hace bastante tiempo que no mojo.
Porque el problema no es si los católicos usan o no el preservativo. El problema es que la Iglesia se niega a que se reparta en lugares donde es muy necesario dada la alta tasa de contagios de Sida, y donde además los habitantes no son católicos en su mayoría.
Pero cuando creíamos que con el digo, el Diego y todo ya teníamos la mesa puesta, y que todo se calmaría y que la Iglesia volvería al siglo XV quemando galileos, el propio señor Juan Antonio Martínez Camino -sí, sí, el que la lió el solito al principio- ha dicho ahora otra cosa: avalada por numerosos científicos, se plantea como principal frente a la enfermedad la abstención de relaciones sexuales de riesgo, además de la fidelidad y sólo como último recurso y para determinados grupos de riesgo se plantea el uso del preservativo.
Me he vuelto a perder. ¿entonces cuando uno no se puede contener las ganas puede usar preservativos?
¿Se incluye en estos casos el imperativo que hace que se despierten instintos pederastas en algunos sacerdotes? Ojo, digo algunos. No vale generalizar.
Lo dicho. Que ni saben lo que dicen, ni dicen lo que quieren, ni quieren lo que el sentido común dicta.
Y para rematar, este prelado, que no pre-helado, dice que todo es culpa de la prensa. Declara que hay un sector de ésta que pretende hacer ver que el Vaticano está en contra de los obispos, los obispos en contra de los sacerdotes, y éstos en contra de los seglares. Señores purpurados -y no me refiero a la brillantina que usan algunos gays en el desfile del día de su orgullo-, eso no es lo que la prensa se empeña en mostrar, sino lo que ustedes demuestran cada día con sus declaraciones, que más que eso son "deconfusiones".
A ver qué dicen mañana.
2 comentarios
Eliana Aeon Flux -
Saludos de Eliana.
Eduardo -